jueves, 28 de julio de 2011

Las características del internista

El médico que se interese por la medicina interna debe tener ciertas características y aptitudes que le permitan sobresalir: capacidad de estudio, capacidad de trabajo, actitud de servicio, altos valores morales (éticos) y perfil de liderazgo.
Capacidad de estudio. La conceptualización, la asistencia, la docencia e investigación, componen una tetralogía esencial en la evolución y comportamiento del internista.
El ser humano al nacer investiga su nuevo mundo, gracias a un don que nunca debe perder: la curiosidad. El estudio tiene como objetivo lograr que se desarrolle la capacidad para adquirir información, clasificarla, conceptualizarla y comunicarla bajo un contexto social y científi co. La investigación como método de aprendizaje logra la integración, el entrenamiento mental y una mejor formación médica.
Con la investigación se aprende a planificar a manejar las técnicas, a fortalecer habilidades y a utilizar los medios de comunicación. La investigación enseña la síntesis, el buscar lo fundamental frente a lo accesorio, definir lo que es conclusión, frente a la presunción o deducción. Obliga,
dentro de este concepto, a conocer el lenguaje científico oral y escrito.
Capacidad de trabajo. El internista habiendo entendido la misión de su profesión tendrá siempre una actitud de servicio para con sus pacientes, asegurándose que el acto médico siempre sea oportuno, fi able, pertinente, viable, ético y de calidad.
Actitud de servicio. Un servicio es un producto intangible que comprende una acción, una ejecución o un esfuerzo que no puede poseerse físicamente. Una amplia variedad de servicios, como el cuidado de la salud, incluye esfuerzos tanto humanos como mecánicos. Las industrias de
servicios que comprenden el comercio, las comunicaciones, la salud, la educación representan un porcentaje alto en el producto interno bruto del país y el empleo. Los productos intangibles, y que predominantemente son servicios, abarcan organizaciones con características especiales. Téngase en cuenta que un servicio es intangible, lo cual significa que no puede verse, tocarse, saborearse u olerse. Por ejemplo, es imposible tocar o saborear la salud.
Además, el consumidor no puede poseer físicamente el servicio de la manera como se tiene un bien. El éxito de un buen servicio depende de crear y mantener relaciones con el consumidor. En el caso de la salud, es conservar una adecuada relación médico-paciente. El proceso de crear y mantener estas relaciones se reconoce en el mundo del mercadeo como “marketing de relaciones” y su objetivo es satisfacer a los consumidores de modo que se conviertan en personas muy leales y no haya probabilidades de que cambien de médico.
El internista debe valorar estos principios al prestar sus servicios y dimensionar la calidad de los mismos.
Etica. Algunas reglas muy simples se sugieren para abordar los cuestionamientos éticos de la medicina: Aquello que es científicamente falso no es habitualmente ético, pero, aquello que es científi camente cierto no es obligatoriamente y siempre ético.
Los problemas discutidos en el campo ético médico son complejos, incluso en su formulación y los expertos consultados, también científicamente competentes, no siempre son capaces de resolverlos.
Las respuestas aportadas por personas de “buena fe”, con criterios y visiones diferentes, pueden ser inconciliables en el plano de los principios।En lo anterior es útil recalcar lo difícil que es ponerse de acuerdo con el concepto de ética. Desde la época hipo-crática hasta la muestra, se ha esperado que los médicos aprendan a ser buenos, involucrándose en una sociedad médica e imitando al modelo de sus profesores. ¿Cómo aprende el médico joven la ética requerida en su práctica profesional? Observando el modo de comportarse de sus profesores e imitando su ejemplo. Este sistema ha permanecido invariable a pesar de que la medicina ha cambiado de muy diversas maneras durante 2.500 años desde que se inició la tradición hipocrática. No obstante, en el transcurso de la última década cada vez más Facultades de Medicina añaden cursos de ética médica a sus programas de enseñanza.
Dentro y fuera de la medicina, los ideales y modelos de comportamiento son importantes porque llegan a ser pautas para los otros. La sociedad no sólo brinda a los individuos como paradigmas morales, unas actitudes y unas oportu-nidades, sino una conciencia moral individual, que sólo se desarrolla gradualmente a partir de una moralidad social do-minante. La ética como moralidad de la conciencia tiene en cuenta el desarrollo de un tribunal interno individualizado, pero incluye los intereses de otros y de la comunidad.

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